Para nadie es un secreto que el uso de armas de fuego se ha convertido en un problema para los mexicanos, con los índices de delincuencia por los cielos y la inseguridad que se vive día a día en muchas partes del país. Parece imposible pensar que de algo creado para matar y lastimar, puedan surgir cosas buenas, pero el artista plástico Pedro Reyes encontró una manera perfecta para dar un mensaje positivo a través de las mismas y a la vez, inspirar a miles de personas.
Reyes, quien proviene de la Ciudad de México y se ha hecho mundialmente conocido por sus obras, dice conseguir su mayor inspiración de los fracasos de la cultura moderna; en este caso las armas. Para él, fracasar es algo que no existe porque es tan solo el resultado de una mala perspectiva.
Su último proyecto se llamó “Palas por pistolas”, para el cual logró recolectar 1,527 armas de fuego, mismas que fueron donados por residentes cercanos a los que a cambio se les entregaron cupones, que pudieron canjear por electrodomésticos o artículos electrónicos.
Tras ser recogidas, todas fueron transportadas hasta una base militar para ser destruidas con una aplanadora. Posteriormente, el metal fue fundido para fabricar no menos de 1,527 palas con mangos de madera, que se obsequiaron en escuelas públicas y de arte a fin de que la gente de la comunidad pudiera usarlas para plantar sus propios árboles. ¡Una hermosa iniciativa!
Reyes demostró de esta manera que un “agente de la muerte se puede transformar en agente de vida”.
Aunque no todas ellas fueron a parar a manos de las personas. Algunas se enviaron para exponerse en distintas partes del mundo, como el Instituto de Arte de San Francisco, la Galería de Arte de Vancouver y la Maison Rouge en París.