En la zona actualmente ocupada por la ciudad estadounidense de San Luois, Misouri, cuesta trabajo imaginar que alguna vez existió una civilización tan antigua como llena de cultura. Se trata de Cahokia, una urbe que fue descubierta por exploradores franceses en el siglo XVII, cuando se encontraban colonizando el lugar.
Lo primero que descubrieron al llegar, fue que desde el suelo se alzaban varios montículos. Debajo de ellos yacían las ruinas de esa sociedad que siglos antes, se había desarrollado como un importante lugar de peregrinación.
Durante la época de 1050, Cahokia era un destino religioso más importante de la región. De acuerdo con estimaciones hechas por los investigadores, la ciudad pudo llegar a estar habitada hasta por 40,000 personas, además de que en ella se celebraban importantes rituales ceremoniales.
En su territorio, unos 120 montículos de diversos tamaños y formas se alzaban, formando un complejo que inexplicablemente, desapareció rumbo al año 1400.
La antigua cultura del Mississippi floreció rápidamente en este sitio, que contaba con una posición privilegiada gracias a la desembocadura de tres ríos en las cercanías: el Misisipi, el Misuri y el Illinois. Excavaciones recientes revelaron que aquí llegaron a reunirse inmigrantes de diferentes orígenes, los cuales lograron asentarse con sus familias disparando la demografía del lugar.
El centro de la ciudad se hallaba en la cima de una colina de 100 metros de altura, la cual fue conocida como el Túmulo de los Monjes. Aquí se practicaban los ritos más importantes de la población y los juegos con los que se entretenían en aquel entonces. En este punto, por cierto, se han llegado a encontrar oro y esqueletos.
En 1982, Cahokia fue declarada Patrimonio de la Humanidad, una distinción de la que goza hasta hoy en día. Su existencia, es tan solo uno de los misterios que sigue ocultando el continente para nosotros.