Las Islas Bermudas son muy conocidas por encontrarse en medio del mar Atlántico y no disponer de ríos ni lagos internos. Esto, por supuesto, podría aparentar ser un inconveniente cuando se trata de conseguir agua potable para sus habitantes, que por cierto, se encuentran regidos por las legislaciones británicas. No obstante la población ha desarrollado un ingenioso sistema que lleva años funcionando a la perfección.
Todas las casas construidas en el territorio, se caracterizan por estar pintadas con tonos claros y tener techos escalonados, como si hubiera pequeñas escaleras en el tejado. Es gracias a ellos que las personas pueden recolectar agua de lluvia sin desperdiciar una gota.
Cada escalón funciona haciendo correr el líquido más despacio, para hacerlo caer en canaletas donde es almacenado.
En el subsuelo de cada vivienda, hay enormes tanques en los que las familias pueden hacer su recolección para abastecerse con agua potable. Como son autosuficientes, no tienen que pagar impuestos para instalar cañerías en las calles.
Las primeras generaciones que vivieron en el archipiélago diseñaron este método, que a día de hoy continúa usándose sin problemas.
Sin embargo, en la actualidad no es la única forma que tienen para conseguir el preciado líquido. Como la población en las Bermudas ha incrementado, los cálculos de sus depósitos subterráneos han sufrido importantes modificaciones.
Por suerte también cuentan con plantas desalinizadoras para transformar el agua que extraen del mar. Hay seis de ellas en total en toda la delta y a diario producen más de 13,000 litros cúbicos para la gente.
Como curiosidad, las Bermudas son las únicas islas del Caribe que han implementado el método adicional de los techos escalonados para ahorrar agua. Todas las demás tienen que potabilizarla con plantas que remuevan la sal. Tal vez no les vendría mal implementar este método tan ecológico.