A mediados de febrero una increíble ilusión óptica de la naturaleza se produce en el Parque Nacional de Yosemite: la cascada Horsetail Fall, una de las cascadas menos conocidos sobre la montaña de granito de The Captain (el capitan), brilla como si fuera fuego.
La cascada no genera mucha atención durante las otras épocas del año, pero cuando brilla (literalmente), atrae a cientos de fotógrafos que tratan de capturar lo que parece un flujo de lava fundida.
El efecto óptico es el resultado de varios factores que culminan con un momento mágico: la posición y la inclinación de la tierra en relación con el sol en esta época del año, condiciones de nubosidad, suficiente lluvia de invierno o nieve para conseguir realmente el flujo de agua correcto y el ángulo de la puesta del sol. Muchas cosas a la vez, por eso es tan especial.
Horsetail Fall se ubica de una manera tan singular que no sé conoce otra cascada en la tierra que reciba ese tipo de luz. Si haces la foto en el momento justo, resulte esta increíble color entre oro o un rojo-naranja intenso.
Solamente son cerca de entre tres y cinco días las ocasiones para poder capturar este momento. Además este momento tan espectacular sólo dura un par de minutos. Así que imaginar lo difícil que es poder vivirlo.