Aunque París sigue siendo una de las capitales más prestigiosas del mundo, está claro que Francia tiene mucho más que ofrecer en su territorio y si realmente te interesa conocer esta nación en tus próximas vacaciones, bien puedes aprovechar para escapar del bullicio de las calles parisinas y recorrer otras ciudades, pueblos o rincones que te fascinarán por su belleza.
Por eso, antes de viajar te aconsejamos que armes bien un itinerario con los lugares que te gustaría conocer, además de tramitar tu seguro de viajero. Contar con este documento no solo te permitirá recibir asistencia médica en caso de que te enfermes o te veas involucrado en algún accidente, también puede protegerte en el supuesto de que extravíen tu equipaje o tengas que cancelar tu viaje.
Cabe mencionar que como miembro del Espacio Schengen, el gobierno francés recomienda ampliamente obtener un seguro de viajero para viajar por Europa.
Sin más, estos son los 10 destinos que no deberías dejar de visitar:
Tabla de contenidos
Monte Saint-Michel
Esta es una comuna francesa ubicada en el departamento de Mancha, en lo que es la región de Normandía. Al ser un islote rocoso que se alza sobre la bahía, ofrece unas vistas fascinantes del mar y en las noches es aun más impresionante.
El monte está coronado por la Abadía de Saint-Michel, una fortaleza gótica que fue hogar de los monjes benedictinos y hoy está considerada patrimonio histórico a nivel mundial. A sus pies se halla el poblado, conformado por una única avenida principal y múltiples callejuelas con edificios medievales.
Hay restaurantes, bares, hoteles, tiendas y algunos hoteles. La mayor parte de sus habitantes; que no rebasan la centena, son hombres y mujeres religiosos. Sin duda la mayor ventaja de este destino, es que suele haber pocos turistas.
Costa Azul
También llamada la Riviera Francesa, es tu mejor opción si te gustan las playas del Mediterráneo. Este lugar resalta por sus pueblos costeros y sus calas con arenas doradas y aguas turquesas. Lugares como el Puerto de Saint-Tropez o Niza, están llenos de encanto histórico; por no mencionar la rica gastronomía de la región y las actividades como los recorridos en yate, el buceo y otros deportes acuáticos.
Grandes eventos internacionales como el Festival de Cine de Cannes han tenido lugar en Costa Azul.
Lyon
Si prefieres los ambientes citadinos, date una vuelta por Lyon y sus barrios históricos: Vieux Lyon, Croix-Rousse, Presqu’île y Fourvière. Esta urbe es considerada como una de las mejores capitales culturales de Francia, ya que cuenta con atracciones como museos, teatros y edificios históricos.
Aquí por ejemplo, podrás visitar el famoso Instituto Lumière, creado por los descendientes de los hermanos Lumière (creadores del cine) y la casa del escritor Antoine de Saint-Exupéry, autor de “El Principito”.
Otros lugares son las Termas Romanas, la Catedral de Lyon y la Basílica Notre-Dame de Fourvière.
Burdeos
Un destino ideal para los amantes del vino. En Burdeos, la cultura que gira alrededor de esta exquisita bebida es extensa y muy interesante.
Podemos encontrar seis rutas destacadas entre los viñedos del sudoeste, que combinan la cata de vinos con exquisitos alimentos de la gastronomía local, tales como las fresas de Périgord y las ostras de Arcachon. En la ciudad es posible visitar la Cité du Vin, icónico edificio que nos habla sobre la historia y las curiosidades del universo vinícola.
Otras atracciones consisten en pasear en barco por el río Garona, acudir a un espectáculo en el Gran Théatre o visitar el encantador barrio de Saint-Pierre, lleno de tiendas, iglesias y callejuelas antiguas.
Estrasburgo
Ubicado en Alsacia, la región más pequeña de Francia, esta ciudad encanta a los turistas por su relajado estilo de vida y sus casas de cuento de hadas.
Al compartir frontera con Alemania, Estrasburgo posee una deliciosa mezcla de culturas que se ve reflejada en sus costumbres, su música y su gastronomía. Quizá la característica más llamativa que posee sean sus canales de aguas cristalinas.
Aquí no es usual ver automóviles, la mayoría de los habitantes prefieren usar el tranvía o la bicicleta, algo que ha contribuido a convertir a este lugar en uno de los más ecológicos de Europa. Para divertirte, podrás recurrir a actividades como el senderismo o el ciclismo en el Parc de L’Orangerie, o apreciar el arte en las calles de su centro histórico, donde hay importantes monumentos como el Palacio Rohan.
Carcassonne
Es una de las villas medievales mejor conservadas que existen en Europa. El casco histórico se encuentra rodeado por una gran muralla, resguardando hermosos monumentos como el Castillo de Carcassonne, la Bastida de San Luis, el Puente Viejo y la Iglesia de San Vicente, entre otros. Adentrarse entre sus calles es como retroceder en el tiempo.
Desde luego cuenta con sus propios locales, bares y restaurantes. Lo mejor es visitarla durante el verano, cuando se lleva a cabo el Festival de la Ciudadela.
Valle del Loira
Conocido también como el Valle de los Reyes, fue la región favorita de antiguos monarcas y grandes artistas franceses para establecer su residencia. Su mayor atractivo es la Ruta de los Castillos de Loira, que te llevará a conocer preciosos edificios como Chambord y Chenonceau, por mencionar algunos.
Más allá de los palacios, merece la pena visitar ciudadelas como Orange, Loches y Amboise, cuyas historias se remontan hasta las épocas de la Edad Media y los romanos.
Como curiosidad, varios festivales independientes suelen celebrarse aquí. La gente de la localidad tiene una gran afinidad con el arte y la música.
Alpes Mont-Blanc
El Mont-Blanc es el monte de mayor altura en Europa y un escenario propicio para practicar el esquí. Pero incluso si no te interesa subir la montaña encontrarás cosas interesantes que hacer y que mirar.
Para empezar puedes visitar el pueblo alpino, enclavado en un valle glacial a los pies del monte. Hay tiendas, restaurantes y lugares que te ofrecen una estancia cómoda. Subir al Teleférico del Aiguille du Midi será genial para impresionarte con la maravillosa vista de los Alpes, además de visitar el museo y el mirador.
Si te van las actividades deportivas y tienes una buena condición física, aparte del esquí puedes practicar senderismo, escalada, alpinismo y esquí fuera de pista.
Marsella
Regresando a las grandes ciudades, Marsella es la segunda urbe más poblada de Francia después de París y se encuentra repleta de rincones fascinantes. Su zona más dinámica es el Puerto Viejo, donde sale a relucir el macizo de Las Calanques, un área protegida ideal para nadar y pasear en bote. Desde aquí por cierto, es posible navegar hasta la isla donde se levanta el emblemático castillo de If, en el que se ambientó la novela “El Conde Montecristo”.
Otro sitio imperdible es el antiguo barrio de Le Panier, muy dinámico por sus bares, restaurantes, galerías de arte, museos y monumentos históricos.
En contraparte a esta zona de la ciudad se alza la Nueva Marsella, con edificios modernos como el Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo y el rascacielos de Zaha Hadid.
Saint-Malo
Cerramos el listado con esta comuna de Bretaña, la cual está entre los balnearios más importantes de Francia. Son de obligada visita atracciones como el Fuerte Nacional, que data del siglo XVII, el cementerio de barcos de Quelmer y el Gran Aquarium.
El puerto de la ciudad es un paraíso para degustar lo más rico de la gastronomía local, muy rica en pescados y mariscos, pero también en especialidades dulces como las crepes, los soufflès y las tartas de mantequilla. Lo mejor es dar un paseo por la playa cuando la marea está baja.
Algunos lugares de interés son el Castillo de Saint-Malo, el Fuerte Nacional y la Catedral de San Vicente.