El continente asiático contiene un montón de maravillas que animan a cualquiera a recorrer sus numerosos países. En Tajikistan, una de las regiones más olvidadas pero no por ello menos interesantes, existe un curioso lago que ha atraído la atención de muchos turistas e investigadores.
Se trata del Lago Karakul, también conocido como “Lago Negro”, ubicado en la parte alta de las montañas de Tamir, dentro del Parque Nacional de Tajikistan.
Formado por aguas de un azul intenso, durante el invierno ofrece un paisaje hermoso al congelarse en su totalidad, desde la cual puede observarse el pueblo al que le debe su nombre, Karakul.
Karakul está conformado por una localidad pequeña de pobladores kirguís, que son una etnia característica de la zona dedicada sobretodo a las actividades de pastoreo.
Por años se han dedicado a la crianza de animales como cabras, ovejas y los famosos yaks.
Esta reserva de aguas se caracteriza también por ser una cuenca situada a 3,900 metros del nivel del mar.
La teoría más extendida sobre su origen, afirma que se formó cuando un meteorito se estrelló contra el planeta justo en su sitio, 25 millones de años atrás.
En tiempos anteriores se le dio el nombre de Lago Victoria, en honor a la reina Victoria del Reino Unido.
En la década de los años 20 sin embargo, el mismo se cambió con la imposición del gobierno soviético.
Actualmente, dentro del lago se puede apreciar una separación formada por dos cuencas más una pequeña isla situada al norte.
El agua tiene un nivel de salinidad bastante alto, puesto que hay tres grandes ríos que desembocan aquí sin tener más salida.
Durante el verano, el líquido se mantiene con una tonalidad clara de azul, mientras que el resto del año varía entre el verde y el azul intenso.