El rebozo, una prenda tradicional en México

Si hay una indumentaria que se ha vuelto característica para las mujeres mexicanas, esa sin duda es la del rebozo, prenda que hoy en día no se deja de llevar en muchas circunstancias y que ha alcanzado valores considerables por su elaboración artesanal, en la que intervienen varias personas y se hace uso de un telar de cintura o de pedales.

El rebozo, una prenda tradicional en México

El rebozo es una pieza de forma rectangular, alargada y angosta, con terminaciones de anudados y flecos a ambos lados que son llamados rapacejos. Muchas veces, va adornada también con aplicaciones de chaquira o diseños de rayas.


Sus orígenes no son claros, pues existen varias teorías que explican su aparición en tierras mexicanas. La primera de ellas apunta a que pudo ser una prenda traída directamente de la India, entre otras mercancías, por el Galeón de Manila. Otra sugiere que surgió como versión indígena de las conocidas mantillas españolas; combinando los tradicionales ayates con el mamatl, un lienzo que tanto los hombres como las mujeres usaban para transportar a sus bebés o algunos objetos. Las clases humildes habrían adaptado esta nueva versión con materiales provenientes de España.

Cada rebozo tradicional cuenta con no menos de 7,200 hilos en la urdimbre (a lo largo) y pueden estar confeccionados con distintos materiales según el uso que se les vaya a dar. Así pues, nos encontramos con rebozos de lana, algodón, artiseda o seda, que son los más costosos y utilizados para asistir a eventos de gala.

Una manera práctica de descubrir si están hechos con seda auténtica, es tratar de pasarlos por el orificio de un anillo. Solo los rebozos finos podrán pasar esta prueba sin problemas.

Hoy en día son varios los lugares en México donde se puede adquirir uno de la mejor calidad, destacando el centro rebozero de Santa María del Río, en San Luis Potosí.

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