Hace mucho tiempo tener un palomar era algo que significaba que eras poderoso y tenias un estatus alto dentro de la comunidad. Estos palomares se utilizaban para dar cobijo a las palomas, las cuales proporcionaban alimento. Ya que estas palomas daban huevos y comerse una paloma algo típico.
En definitiva las palomas eran un alimento relevante en la Europa Occidental. Además sus excrementos servían como un excelente fertilizante. Hasta el momento todo parece idílico.
Pero estas palomas de la gente nombre daba problemas a los campesinos. Ya que se alimentaban de la siembra y cosechas de los cultivos de los campesinos causando bastante malestar.
Finalmente el feudalismo en Francia fue abolido el 4 de agosto de 1789, junto con este cambio se elimino también la posibilidad de tener derechos en los palomares. Así que miles de palomares del país se dejaron de usar.
El que puedes ver en las fotos se encuentra en la diminuta ciudad de Béceleuf, en el departamento de Deux-Sèvres. Su antiguo propietario fue la noble casa de Pouzay en el siglo XV. En la actualidad es un lugar abandonado y descuidado, ya no tiene techo por lo que el agua y la luz entra sin ningún problema.
Algo que podría verse como negativo resulto ser el enclave ideal para que la magia de la naturaleza diera rienda suelta para nuestro gozo.
Un roble que ahora tiene unos cien años creció allí. de hecho como puedes ver ha crecido tanto que ya sobresale por el techo, creando una especie de corona muy decorativa. El poder haber crecido en ese lugar le evito estar a la intemperie y fuera del alcance de animales.
Volviendo al palomar, en su momento tenia 2.700 agujeros en su parte interior para dar cobijo a las palomas. Además se calcula que podían llegar a vivir allí la cantidad impresionante de 5.000 palomas.
En la actualidad es te roble esta considerado como uno de los «árboles más notables de Francia» y no es para menos.