Al igual que en la mayoría de las ciudades del mundo, en Guadalajara hay cientos de animales en las calles, especialmente gatos y perros, los cuales, en algunos casos han sido abandonados por sus dueños.
Así fue como “Abi” fue abandonada en un callejón, pasando hambre y frío. Estaba tan delgada que ya no tenía nada de fuerza y parecía un costal de huesos intentando moverse con mucha dificultad.
Pero una tarde su vida cambiaría, ya que esa tarde una niña de 11 años estaba pasando por el callejón cuando escucho un ruido que parecía una explosión, el cual resultó ser una caja de fusibles cercana, pero se dio cuenta que había un olor muy fuerte a pelo quemado.
Cuando siguió la fuente del olor notó que había un animal atorado entre los cables sueltos. Era la gatita, había quedado atorada y estaba muy quemada de las patas delanteras, tenía heridas de gravedad.
Con mucho cuidado, la niña tomó su bufanda, cubrió al animal para poder llevárselo y ayudarlo. Pero cuando lo levanto vio algo que la dejó aterrada, ya que la gatita estaba mucho peor de lo que pensaba, sus patas delanteras estaban completamente mutiladas.
Sin pensarlo dos veces, la niña levantó a la gatita y corrió hacia su madre, Angélica Fuentes, para que ella le ayudará a la gatita. Sin embargo, cuando su madre vio a la gata en ese estado se desmayó de la impresión que le dio el estado del animal.
Afortunadamente, había gente que vio lo que estaba sucediendo, así que ayudaron a la pequeña, le dieron atención a su madre y la tranquilizaron y llevaron a la gatita a que fuera atendida, ya que tuvo que ser operada de urgencia. Le amputaron las piernas, ya que de lo contrario la infección la hubiera matado.
Luego de 30 días de recuperación, la gatita fue llevada a la casa de la niña y ahora, aunque no tiene patas delanteras, tiene una buena vida y recibe muchos cuidados y amor.