Esta oveja animada de Pixar nos da una lección que siempre deberíamos recordar

Pixar es una compañía reconocida a nivel mundial por brindarnos algunas de las más fascinantes historias del cine, ya sea que se trate de autos, juguetes que hablan o monstruos que aparecen detrás de las puertas. A menor escala, sus cortos animados también han creado un gran impacto en la audiencia, no solo conformada por niños, sino también por adultos de todas las edades.

Recientemente ha empezado a hacerse notar uno de sus antiguos cortos, del cual destaca no solo su animación, sino la importante lección que tiene que enseñarnos a todos.

“Saltando”, fue nominado a un Premio Óscar en el 2010 y está protagonizado por una oveja trasquilada y un extraño conejo, que por medio de rimas nos enseñan que nuestra felicidad nunca debe depender de nadie más que de nosotros mismos; una verdad de la cual nos olvidamos la mayoría del tiempo.

Dirigido por Bud Leckey y con una duración de menos de cinco minutos, el cortometraje transcurre en medio del campo, comenzando con la oveja orgullosa de su lana y despertando la admiración de los demás animales.


Todo cambia cuando un carromato llega y la trasquila para llevarse su lana, convirtiéndola en la burla del resto de la fauna.

Pero cuando el conejílope llegué saltando y le haga ver lo absurda que es su tristeza, nuestra protagonista comprenderá que la vida es demasiado corta como para dejar que otros la hagan sentir mal. Especialmente si ella sigue contando con sus patas para bailar, aunque todos los años vengan a trasquilarla.

Últimamente muchos sitios han empezado a rescatar la hermosa enseñanza de esta pequeña historia; si bien no tan popular como las que muestran otros cortos, quizá una de las más especiales entre ellos.

¿Y tú ya la conocías? ¿Qué piensas acerca de este trabajo de la empresa de animación?

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