Está claro que adelgazar no tiene que ser un proceso igual para todos.
Desgraciadamente mientras que para algunos es más sencillo, otros tendrán que esforzarse un poco más, ya sea por cuestiones de genética, fuerza de voluntad o hábitos alimenticios. El caso es que siempre es posible bajar de peso cuando se tienen las ganas y se adoptan costumbres sanas a diario.
Pero al parecer eso no fue suficiente para este grupo de mujeres asiduas a la zumba, esa divertida disciplina donde puedes quemar calorías mientras te mueves al ritmo de calientes canciones.
Las aludidas, que asistían todos los días en el horario de cinco a seis de la tarde, decidieron demandar a la profesora luego de gastar años tomando su clase sin resultado alguno. Sus cuerpos seguían flácidos y las odiosas llantitas no se iban. De hecho, algunas hasta se quejaron de haber aumentado de peso.
Así fue su experiencia, en palabras de una de las doñas que tomaba su sesión diaria:
“No es que quiera ser alborotadora, pero la verdad no me parece justo que, luego de venir tanto tiempo a clases con toda la motivación, no pasa nada. Una sigue aquí con toda la grasa colgando y llena de celulitis en todas partes. ¡El mundo debe saber que esto es una estafa!”
La profesora de zumba, alertada por las quejas de sus alumnas, no se tardó en responder:
“La verdad es que más que venir todos los días, vienen de vez en cuando. ¡Y se cansan a los cinco minutos de baile! Eso sin contar que apenas salen de clase y le entran al pozole, los tacos, las enchiladas y demás fritangas, (claro que, con su coca light). Como nunca me hacen caso, al final yo también acabo atascándome con ellas”.
Así como querían adelgazar, ¿no lo crees?