En el mundo podemos encontrarnos con infinidad de islas famosas por diferentes motivos, pero una de las más extravagantes sin duda alguna, es la isla de Staffa, misma que se encuentra a 42 metros del nivel del mar y tiene caprichosas formas, que la vuelven un espectáculo natural bello y extraño a la vez.
Todas sus curvas están cubiertas por una especie de hexágonos volcánicos que, que le dan un relieve muy curioso. Pero esto no es ni de lejos lo que la ha vuelto tan famosa.
Las cuevas y acantilados de Staffa son la auténtica maravilla en este islote, al que no es del todo fácil llegar.
La única vía para arribar a él es tomando un ferry en la isla de Mull, que forma parte de la Escocia continental y se caracteriza por tener un pequeño pueblo de pescadores.
Al llegar a Staffa, lo primero que le da la bienvenida a los visitantes son sus columnas de piedra, a las cuales de hecho, les debe su peculiar nombre (Staffa proviene del término nórdico Stafi-oy, que quiere decir “isla de las columnas”).
Las formaciones rocosas de color negro compuestas por los hexágonos de roca, son algo maravilloso para contemplar junto con el océano que rodea al lugar entero.
Aunque no se sabe con exactitud la razón por la que las rocas forman figuras tan extrañas aquí, han cautivado al mundo entero con cada fotografía que de ellas se da a conocer.
Es como si alguien hubiera tomado la piedra y jugado a moldearla de las más diversas maneras; pues mientras en algunas zonas se curvea, en otras su tuerce de tal manera que puede trazas postes o montículos.
En lo que a las cuevas se refiere, la de Fingal es la más popular de la isla y de considerable tamaño.