Dicen que no hay nada que una madre no esté dispuesta a hacer por sus hijos y esa es, probablemente, una de las verdades más irrefutables en este mundo.
Todos se sorprendieron y sintieron muy conmovidos al conocer la historia de Meliah, una anciana de 101 años de edad que fue conocida como “la mamá más abnegada de todas”, después de ver cuanto se sacrificaba por su hijo, Abdul.
Él era ya un hombre de 63 años de edad, pero que lamentablemente no podía valerse por sí mismo, debido a su discapacidad. No podía caminar, ni hablar y apenas era capaz de moverse.
Las cosas para Meliah se pusieron realmente difíciles el día en que falleció su esposo, que era quien se encargaba de ayudarla a sostener a Abdul y sus hermanos.
Luego, el resto de sus hijos falleció también a temprana edad, por lo que se quedaron solos los dos. Sin embargo y a pesar de sus años, Meliah siempre se encargó de vestir, alimentar y bañar a Abdul con sus propias manos.
“Es la única persona que me queda en el mundo y lo amo por encima de todo. Quiero disfrutar a su lado lo que me quede de vida”, declaró en una ocasión.
Por suerte, la mujer recibía apoyo tanto de sus vecinos como de sus familiares, que en sus posibilidades contribuyeron a que no les faltara lo más básico. Lamentablemente, Meliah tuvo complicaciones respiratorias que más adelante le arrebataron la vida, pero le quedó el consuelo de entregarle todo su amor a su hijo, hasta su último aliento.
Hoy, los mismos familiares y amigos que alguna vez la ayudaron se han hecho cargo de Abdul, quien a pesar de todo es afortunado. Tuvo a la madre más cariñosa de todas y está rodeado de gente buena.