El Empire State Building, la Torre Eiffel, la Ciudad Prohibida de Beijing, y cientos de otros monumentos del mundo estuvieron a oscuras durante una hora el pasado sábado. Dentro de esta lista fueron muchos los lugares de México que se sumaron a esta gran iniciativa.
Los organizadores instaban a la gente que apaguen las luces y otros aparatos eléctricos que no sean esenciales en un espectáculo simbólico de apoyo a la acción contra el cambio climático y para la conservación de la energía en general.
Este años, unas 7 mil ciudades de 152 países y territorios participaron en La Hora del Planeta. La Hora del Planeta en sí no tiene un impacto significativo en las emisiones reales de consumo de energía o de gases de efecto invernadero, que contribuyen al calentamiento global.
Después de todo, incluso si el consumo de electricidad se detuviera por completo durante la Hora del Planeta, este evento cubre sólo 1 de las 8766 horas en un año. Por supuesto que no todo el mundo participa, e incluso en las zonas que participan en la Hora del Planeta, un montón de luces esenciales y aparatos que consumen energía se queda encendidos.
Pero la Hora del Planeta no es sobre el impacto inmediato de energía, dicen los organizadores. Más bien, se trata de demostrar el compromiso de cambiar y servir como punto de partida para las acciones cotidianas.
¿Por qué participar?
La Hora del Planeta es una iniciativa de WWF que se originó en Sydney, Australia, en 2007. Desde entonces, La Hora del Planeta ha ganado al público global convirtiéndose en la campaña más grande del mundo dedicada al planeta Tierra.
Si esto se puede lograr en tan sólo cuatro cortos años, imaginar qué otras cosas se pueden hacer! La Hora del Planeta es una demostración del poder de individuos, comunidades, empresas y gobiernos cuando se unen para hacer la diferencia.
¿Qué se puede hacer?
Desconectar los aparatos eléctricos y la luz es un acto sencillo y una declaración que nos preocupamos por el planeta. Ir más allá de esto y comprometerse a cambios duraderos para el planeta. La Hora del Planeta es el momento perfecto para hacer cambios simples y cotidianas en nuestras vidas para reducir nuestra huella ecológica. Todos tenemos un papel que desempeñar. Es a través de la suma de nuestros esfuerzos que vamos a hacer una diferencia y juntos llevar a la manera de un futuro más verde y más próspero.