La ciudad de Progreso, en el hermoso estado mexicano de Yucatán, no solo se destaca por la riqueza de su vida marina y la hermosura de sus costas, sino también por poseer el que es actualmente, el muelle más largo del mundo. Con más de 6 kilómetros de largo, este se introduce en las aguas del Golfo de México desde la península, sirviendo no solo a los cargueros que vuelven del mar con su pesca.
Aquí también pueden desembarcar numerosos cruceros, cuyos pasajeros siempre agradecen la oportunidad de conocer tan pintoresca ciudad.
El Muelle de Progreso fue construido completamente con hormigón, siendo reforzado con acero inoxidable y níquel para resistir los embates del océano.
Si bien al principio existieron dudas sobre su solidez ante la fuerza de las aguas, lo cierto es que se ha mantenido en pie por décadas, sin necesidad de mantenimiento extremo o reparaciones importantes.
Esta construcción posee mucha más historia de la que los vacacionistas se puedan imaginar.
Construido en medio de los años 1937 y 1941, antes llegó a ostentar 2,100 metros de longitud, en sustitución de otro muelle que yacía en su lugar el pasado siglo. Para 1988 lucía unos 4,000 metros adicionales.
Cabe destacar que esta fue la primera estructura de su tipo erigida en el mundo.
Como destino turístico además, el muelle ha dado estupendos resultados, pues su ubicación es muy conveniente para apreciar gran parte de la fauna que habita en las costas yucatecas, comprendida por gaviotas, lagartijas, codornices, tortugas y varias especies de peces, entre otros animales.
En las cercanías es posible encontrar una gran variedad de restaurantes, tiendas y sitios de interés que se han convertido en el deleite de los vacacionistas. El solo hecho de mirar el mar desde este punto es todo un privilegio.
¿Te animarías a conocerlo un día?