El mundo en el que vivimos está lleno de hechos asombrosos e inexplicables. Algunos se contentan con llamarlos coincidencias pero otros, creen que son señales de que lo que el destino está preparando para nosotros. Era un día soleado en Jupiter, Florida, Estados Unidos, cuando Julie Anne Lisi decidió dar un paseo por la tienda Goodwill, donde al parecer se pueden conseguir cosas de segunda mano.
Mirando los estantes, parecía que no iba a encontrarse con nada que valiera, hasta que vio algo en una repisa que hizo que su corazón se detuviera: era un guante de beisbol. Pero no se trataba de un guante cualquiera.
Este obviamente había pertenecido a alguien hace mucho tiempo, pues estaba gastado y tenía el nombre de un chico escrito en el dorso, “Christopher Lisi”.
Julie Anne reconoció enseguida el objeto que había pertenecido a su propio hijo cuando era un niño, así como su propia letra. En ese instante se impresionó tanto, que cuenta como estuvo a punto de desmayarse.
“Mis rodillas se pusieron a temblar, me debilité y me sentía asustada”, comentó.
Cuarenta años atrás Christopher había perdido ese guante, justo después de un partido del campeonato de beisbol en 1978. Tenía en ese entonces doce años de edad y vivían en el estado de Ohio.
Tras recuperarse de la impresión inicial, Julie Ann tomó una fotografía del objeto y se lo envío por mensaje a su hijo. Su respuesta fue casi inmediata: “Cómpralo”.
¿Cómo pudo haber llegado ese guante desde Ohio hasta Florida y terminar en sus manos después de tantos años? Para ella esa cuestión sigue siendo un misterio, pero está feliz de que su hijo recuperara un tesoro sentimental que creía perdido para siempre.
Y a ti, ¿te ha pasado algo similar alguna vez con alguno de tus objetos?