El municipio de Tepetongo, en Zacatecas, es una de las comunidades más pequeñas del país y en la que afortunadamente, los índices de delincuencia no son tan altos, a diferencia de en otras zonas de la República Mexicana. Sorprende saber que en este pueblo con 7,000 habitantes, existe solamente una persona que se encarga de administrar la ley y además, también protege a los ciudadanos haciendo las veces de bombero.
Se trata de José de la Luz Rodríguez, un policía de 34 años de edad, casado y con tres hijos, al que no le gusta dar entrevistas pero cuya historia igualmente merece ser contada.
Es extraño como un solo hombre llegó a ostentar el puesto de policía de Tepetongo.
De la Luz comenta como se quedó solo en la comandancia, cuando su único compañero renunció al cargo. Antes de eso, otros ocho aspirantes a policías habían desaprobado el examen de control de confianza, tan necesario para elegir a los encargados de la ley.
Aunque cuenta con cinco personas que se encargan de apoyarlo en sus tareas, oficialmente él es el único que cuenta con reconocimiento policial. Solamente él tiene permiso para portar un arma, puede arrestar a alguien y además está capacitado con el entrenamiento correspondiente.
Su rutina suele ser ajetreada pues aparte de ocuparse de sus labores policíacas, administra los citatorios judiciales, apaga incendios y otros siniestros a cargo del departamento de bomberos, recibe cartas en la alcaldía y cuando hay emergencias, traslada a los enfermos al hospital en la ambulancia. La mayor parte de su día transcurre fuera de la comisaría, pues se encarga de patrullar los alrededores en su Dodge Ram, una de las únicas unidades patrulleras de Tepetongo.
Y aunque su trabajo es extenuante, él lo ama como a ninguno. El suyo es un caso ejemplar para todos los mexicanos.