John Thuo es un niño sin hogar que acostumbraba pedir dinero en las calles de Nairobi, Kenia, uno de los países más pobres de África.
Él, al igual que otros pequeños, tenía que buscar en los basureros para encontrar algo de comer o acercarse a los autos de la gente por limosna. Un día, llegó hasta la ventana de una mujer llamada Gladys Kamande, y lo que vio en el interior de su carro lo conmovió.
Gladys cargaba consigo varias máquinas pesadas que despertaron su curiosidad. Cuando le preguntó para que eran, ella le contó su infortunada historia. Sus pulmones se habían colapsado y necesitaba todo ese equipo para respirar.
Como consecuencia de aquello, también había atravesado por una docena de complicadas cirugías, en una de las cuales se le reventó el nervio óptico dejándola ciega. Su tratamiento para sobrevivir era muy costoso. John se sintió tan entristecido por la historia de la mujer, que a pesar de no tener nada, decidió regalarle el poco dinero que había conseguido ese día. Hasta él, que era un chico de la calle, se sentía más afortunado.
Luego, Gladys tomó su mano y le pidió que oraran juntos por ambos. El niño rompió a llorar.
Un transeúnte tomó una foto del momento que se hizo viral, despertando la conciencia en miles de personas, que pronto quisieron hacer algo por ellos. Entonces ocurrió lo increíble: un millonario anunció que donaría la misma cantidad que lograra recaudarse, en el fondo monetario que ya se había iniciado online para ayudar a ambos. Se juntaron 40,000 dólares que él duplicó, obteniendo un total de 80,000 dólares equivalentes a 8 millones de shilings, moneda que usan en Kenia.
Gracias a esto, Gladys podrá usar la mitad de esa fortuna para terminar de pagar su tratamiento y John podrá ir a la escuela.