Boris Kipriyanovich, es un niño ruso que ha dejado sin habla a la comunidad científica y al mundo al afirmar que, en una vida pasada, fue un habitante del planeta Marte. Sus explicaciones acerca de lo que supuestamente ocurrió allí son tan detalladas, que todos los especialistas se han quedado consternados.
Boriska (como lo llaman sus allegados), es un chico muy especial y de gran inteligencia. Según sus padres, de pequeño casi nunca lloraba, con tan solo meses de edad ya balbuceaba frases enteras y al año y medio aprendió a leer. A los tres años su vocabulario y entendimiento se habían desarrollado tanto, que era capaz de sostener profundas charlas sobre temas relacionados con el universo.
Estos detalles los sorprendieron y aterrorizaron a la vez.
Boris contó que cuando vivía en Marte, hace millones de años, fue testigo de la destrucción de un planeta llamado Proserpine, el cual pereció a causa de un fuerte rayo solar. Pero antes de la tragedia, sus habitantes viajaron a la quinta dimensión para escapar de la extinción.
Sobre su propio planeta, relató que existía una civilización de seres parecidos a los humanos, los cuales medían hasta siete metros de altura más y se habían aniquilado por medio de una guerra nuclear. Algunos marcianos, sin embargo, lograron sobrevivir y según Boris, subsisten bajo tierra y se alimentan del dióxido de carbono. Jamás envejecen por la falta de oxígeno, quedándose estancados en la edad de 35 años.
El niño añadió que, cuando era un marciano, viajó varias veces a explorar el planeta Tierra cuando todavía no se formaban los continentes. Solamente había uno, Lemuria, donde vivían gigantes de nueve metros que desaparecieron debido a los cambios físicos que sufrió el planeta.
Muchos lo han tachado de loco, aunque tomando en cuenta sus antecedentes cognitivos, los científicos no se atreven a descartar todas sus historias.