Todo mundo ama el azúcar y no se puede negar que su toque dulce hace que muchas comidas sepan mejor. Sin embargo, hoy más que nunca es necesario aceptar los efectivos negativos que su consumo en exceso tiene para la salud. Desde la obesidad hasta la diabetes, los adictivos azúcares son causantes de muchas enfermedades fatales para el ser humano.
Por eso es indispensable que moderes la cantidad que comes o, de ser necesario, la elimines por completo de tu dieta. De lo contrario tu organismo podría enviarte alarmantes señales de advertencia, como las siguientes:
- Cansancio y falta de energía. Una de las peores consecuencias del abuso del azúcar, es que puedes sentir una fatiga extrema por más horas que duermas o estés sin esforzarte. Lo peor viene cuando descubres que literalmente, no tienes fuerzas para levantarte de la cama o el sofá, dejando de salir o hacer tus actividades favoritas.
- Aumento de peso. Desde luego, el consumo de azúcar y carbohidratos refinados se ve reflejado en el incremento de tu grasa corporal y si te descuidas, puede derivar rápidamente en obesidad. A la larga esto se convierte en algo fatal, ya que el exceso de grasa afecta a tus órganos internos, satura tus vasos sanguíneos e dificulta la oxigenación de la sangre.
- Antojos incontrolables. Cuando engordas es cada vez más difícil bajar de peso, debido a que todo el tiempo sientes la necesidad de comer. Productos como la comida chatarra, los refrescos, los dulces y otros procesados, te pueden parecer irresistibles. En realidad es el azúcar lo que provoca esta adicción en tu cuerpo.
- Envejecimiento prematuro. Otro de los efectos del azúcar es un proceso conocido como glicación, en la cual sus moléculas modifican la estructura de dos proteínas esenciales: el colágeno y la elastina. Gracias a estos últimos puedes mantener una piel tersa y suave por más tiempo. No obstante, una dieta rica en azúcares y carbohidratos solo logrará lo opuesto, provocando la aparición de arrugas antes de tiempo.
- Problemas intestinales. Finalmente, podemos decir que la fructosa contenida en alimentos azucarados es pésima para tu sistema digestivo, pues daña la flora intestinal y produce inflamación en el hígado. Esto es la causa de los dolores intestinales, el estreñimiento e incluso de problemas más graves, como el cáncer de páncreas, colón e hígado.
¿Te resulta familiar alguno de estos síntomas? Si es así no pierdas el tiempo, ¡cambia tus hábitos alimenticios!