Viajar por las antiguas repúblicas de lo que fue la Unión Soviética y descubrir rincones que alguna vez fueron un orgullo para la nación, era una tarea que el fotógrafo Christopher Herwig estaba dispuesto a cumplir con emoción. Anteriormente, durante el 2002, él se encontraba trasladándose en bicicleta de Londres a San Petersburgo.
Nada más cruzas la frontera entre Lituania y Polonia, se encontró con lo que describe como una parada de autobús sumamente extraña.
La preciosa arquitectura fuera de lo común de aquel lugar, fue impresionante para Christopher.
“Fue una linda sorpresa en plena carretera, no me lo esperaba, ni lo buscaba en ese instante”, confesó él.
Durante los tres años siguientes que habitó en Kazajistán, el joven se fue encontrando muchas más paradas de ese estilo sin proponérselo.
Todas eran un regalo para la vista. Y tiempo más tarde, lo inspiraron para buscarlas con propósito y recopilarlas en un libro que se convertiría en un éxito internacional.
Paradas de autobús soviéticas, Volumen 1, fue el título de aquella hermosa publicación, poblada con aproximadamente 200 imágenes que Christopher tomó con su cámara de instantáneas, a lo largo de 30,000 kilómetros.
Él recorría la distancia en taxi, bici, autobús o en coche, maravillándose con los diferentes estilos que la URSS implementó en sus paradas.
“Estos extraordinarias sitios muestran la variedad del arte público en la era soviética y nos brindan una mirada única a las mentes creativas de aquel entonces”, comentó.
Gracias a la difusión de su primer libro, un segundo volumen fue publicado, ilustrando las paradas más remotas en lugares como Georgia y Ucrania.
Algunas son realmente increíbles debido a sus formas geométricas y colores.
La Unión Soviética tal vez haya caído, pero su arte sin duda perdurará en la historia gracias a los esfuerzos de este talentoso fotógrafo.