En Bacalar, Quintana Roo, dos ancianos humildes fueron humillados al entrar a los despachos del Palacio Municipal. Rosa Ranier y Eddy García habían llegado desde la comunidad de Miguel Hidalgo para hablar con el alcalde Alexander Zetina, pues precisaban ayuda debido a la falta de medicamentos en su lugar de procedencia, y su precaria situación económica.
Sin embargo, la secretaría de Zetina les pidió que se quitaran los zapatos no bien hubieron entrado, pues no quería que ensuciaran el piso.
Sin reclamar por el ofensivo trato, los dos obedecieron y dejaron sus huaraches afuera de las oficinas, mientras tomaban asiento para esperar. Estuvieron allí más de una hora.
Ambos individuos de la tercera de edad, con 68 y 70 años respectivamente, ni siquiera habían desayunado ese día; tal era la urgencia que tenían por entrevistarse con el gobernador.
Rosa está aquejada de pie diabético y ya se encuentra a nada de perder un dedo, a causa de una infección que no ha podido tratarse debidamente. Afirma que comenzó cuando se quiso cortar la uña enterrada, hará unos quince días y como consecuencia de ello, se le inflamó. Lo único que han podido hacer por ella, es lavarlo repetidas veces con agua y jabón, pues también desprende un olor muy desagradable. Sin embargo, no ha podido sanar.
Por si esto no fuera suficiente, la diabetes ya le ha ocasionado la pérdida de uno de sus ojos.
Luego de que nadie los atendiera, los abuelitos tuvieron que ponerse de pie y recoger sus sandalias, para regresar sin ayuda. Algunos conocidos los invitaron a comer y también pagaron sus pasajes; más es indignante que hayan tenido que pasar por una experiencia como esta.
En las redes sociales, muchos usuarios se han mostrado furiosos e indignados para con el alcalde Zetina y su secretaria.