Hace poco más de una década, Catherine King y Wayne Adams, una pareja que reside en Canadá, tenían muy claro que ellos querían compartir sus vidas de una forma muy distinta. Los dos son artistas, ella es bailarina y él es escultor, y ambos tenían la esperanza de vivir de su arte.
Pero como suele suceder con varios artistas, la realidad fue mucho más complicada y como no les alcanzaba para comprar una casa, decidieron construir su casa.
Así, en 1992, la pareja dejó el bullicio de la gran ciudad y se buscó una vida más tranquila rodeados de naturaleza a las afueras. Para ser más precisos, se mudaron a un enorme río que conecta con el océano.
Durante 24 años estuvieron construyendo la casa de sus sueños poco a poco. Una gran casa flotante hecha de materiales reciclados que recogían de la basura o que compraban.
Además de la habitación en la que duermen, su casa tiene un faro, una pista de baile, un cuarto de invitados, varios invernaderos en los que cultivan sus propias frutas y verduras durante todo el año. Además de que Wayne pesca con mucha frecuencia en las generosas aguas que pasan debajo de su casa.
En caso de que haya mucho viento para sacar el bote de pesca, Wayne solo tiene que abrir una compuerta de su piso y dejar caer una caña de pescar por ahí, la cual se encuentra a un lado de un sillón que tiene en su sala para poder pescar cómodamente.
La casa, para ser completamente autosustentable cuenta con varios paneles solares, además de que el agua fresca que usan es recolectada en varios depósitos y transportada de una casada que se encuentra muy cerca.
En lugar de usar anclas la pareja usa unos amarres hacia la orilla para evitar que su casa se vaya con la marea. Aunque la pareja ya ha encontrado un buen estilo de vida, siguen mejorando su casa cada vez que tiene la oportunidad.
Aquí tienes un vídeo:
¿Te gustaría vivir en una casa así?