Los perros son considerados los animales más fieles, y es que lo cierto es que piden muy poco para todo el amor incondicional que nos dan, sin olvidar que nos cuidan y protegen siempre.
Así como lo vivió Olivia Sievers, una mujer que encontró a su mejor amigo al otro lado del mundo.
Este pequeño canino estuvo varias semanas en la calle y había escapado de una casa en la que lo maltrataban. Al escaparse, toda su suerte cambiaría cuando llegó cerca de un hotel que se encuentra en Buenos Aires.
Su suerte cambió gracias a una persona: Olivia Sievers, quien trabajaba como azafata de aerolíneas que volaban entre Alemania y Argentina. Ella siempre se quedaba en el mismo hotel, hasta que un día se encontró con un pequeño perro. Olivia lo miró y notó que era un perrito que había sufrido mucho, así que busco en su maleta algo de comer y se lo dio al perro, luego fue a la tienda más cercana y compró una botella de agua para dársela. El perro no tardó en acabársela.
Olivia siguió su camino y subió al hotel para descansar. Pero se llevó una gran sorpresa al ver que el perro seguía ahí a la mañana siguiente, así que ella le compró un desayuno ligero y lo tapo con una cobija de su aerolínea, ya que eran días fríos de invierno en Argentina. Luego se despidió y tomó un taxi que la llevara al aeropuerto para partir hacia Alemania.
Varios días después cuando regresó se llevó la gran sorpresa de que el perro seguía ahí fuera del hotel, esperando por ella.
Pero eso no paso una vez, cada vez que Olivia llegaba al hotel ahí estaba el perro esperando por ella. Antes de irse jugaba con él varios minutos y lo cuidaba. Esto pasó durante 4 meses, hasta que un día decidido llamarlo “Rubio” y se puso a investigar sobre alguna asociación de rescate de animales que le pudiera encontrar una casa. Así, lo llevaron a un albergue, lo bañaron, lo vacunaron y le encontraron una buena casa.
Olivia se fue triste, pensando en que no volvería a ver a su amigo cuándo llegará a Argentina y pensó cómo hubieran sido las cosas si lo hubiera adoptado. En el vuelo no dejaba de pensar en Rubio.
Un mes después de la adopción, cuando ella llegó al hotel se encontró con una gran sorpresa: ¡Rubio estaba ahí! ¡Estaba esperando por ella! Se había vuelto a escapar de su hogar para encontrarla en el hotel.
Así que habló con sus amigos de la aerolínea y la ayudaron a arreglar todos los papeles. Ahora Rubio y Olivia son inseparables.