Existe un lago al sudoeste de Trinidad y Tobago, en el Caribe, que no se ha vuelto precisamente famoso por sus aguas cristalinas a pesar de su paradisíaca ubicación. El Pitch Lake o Lago de la Brea, es un sitio enorme que abarca unas 100 hectáreas en toda su extensión.
Se estima que su mayor profundidad sobrepasa los 70 metros. Al mismo se le conoce por ser el depósito más grande conocido de asfalto, por lo cual quienes llegan a visitarlas no van precisamente para nadar en él.
De hecho, su superficie es tan viscosa que puede ser pisada, ya que dispone de cierta solidez. En otras zonas del lago, sin embargo, el asfalto es más líquido y puede suponer el hundimiento de cualquier persona que no sea lo bastante precavida como para no adentrarse en él.
Por lo general, cualquiera puede llegar hasta aquí y obtener alquitrán líquido con el simple hecho de sumergir un palillo. Sin embargo, el Pitch Lake guarda secretos que son mucho más importantes que este material.
Se sabe que antiguamente, su lugar pudo ser ocupado por árboles prehistóricos. Así mismo, aquí se han encontrado objetos que datan de miles y a veces, millones de años.
Descubierto en 1595 por Sir Walter Raleigh, este lago de oro negro era ya bien conocido por los indios nativos que habitaron en la región cientos de años atrás.
No obstante, él fue el primero en reconocer el potencial que tamaña cantidad de alquitrán podía proporcionarle en sus negocios, por lo que se aprestó a calafetear sus barcos con el mismo. Tenía la intención de usarlo en la construcción del popular puente de Westminster, en Londres.
Hoy, después de varias expediciones mineras, el Lago de la Brea constituye uno de los tesoros naturales más importantes de Trinidad, y atrae a miles de turistas.