Antes de salir a carretera es recomendable llevar a cabo una revisión completa de tu vehículo. Detectar averías a tiempo te evitará un sinfín de situaciones desagradables, que podrían dejarte a mitad del camino. Por eso, si estás planeando viajar dentro de poco, no dejes de considerar los siguientes aspectos:
Tabla de contenidos
Batería
Una medida de mantenimiento básica es la de limpiar los bornes. Cuando veas que suelta líquido, deberías cambiarla de inmediato y echarle un vistazo al alternador.
Así mismo, se recomienda desecharla si te percatas de que se ha oxidado o presenta un aspecto fuera de lo normal.
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Suspensión, inyección y encendido
Si la carrocería se balancea al tomar una curva, o escuchas ruidos y chirridos, es posible que la suspensión se halle en mal estado. Por otra parte, la demora en arrancar es una señal de que el inconveniente radica en la inyección o el encendido del auto.
Quizá sea hora de poner a punto estos desperfectos en tu taller de confianza.
Anticongelante
Independientemente del tiempo, siempre será conveniente contar con un nivel estable de anticongelante. Comprobar la cantidad y añadir más es algo sencillo. En caso de que sospeches de alguna fuga, te recomendamos optar por un líquido fluorescente, fácil de detectar en el suelo cuando llega a derramarse del coche.
Niveles de aceite
Mantener una cantidad adecuada de lubricante es necesario y debe verificarse con el motor en frío. Se aconseja hacerlo en especial tras la temporada de invierno, debido a que con el cambio de temperatura, el circuito tiende a contraerse y consumir más aceite de lo normal.
Luces
Si una o ambas no encienden o lo hacen de forma intermitente, probablemente no estén bien reguladas. Arreglarlas con un regloscopio y la ayuda de un destornillador, no te llevará más que un par de minutos.
Se trata de una operación de mantenimiento que deberías hacer cada cierto tiempo.
Limpiaparabrisas
Contar con suficiente líquido en el depósito de las limpias, es crucial ante contratiempos inesperados como una lluvia torrencial o salpicaduras de barro. No querrás conducir con este tipo de obstrucciones.
Otro detalle a revisar son las escobillas. Asegúrate de que se encuentren en buen estado y que se muevan como es debido.
Neumáticos
Lo primero a revisar es el estado general de las ruedas. Desperfectos como abolladuras, cortes y perforaciones, son el indicativo principal de desgaste. Fíjate además en los indicadores de la banda de rodadura. Si ya están rozando el testigo, es hora de colocar neumáticos nuevos.
El equilibrado conforma otro aspecto vital. Ruidos insólitos, rebotes y vibraciones de intensidad media-alta en el volante, son los indicativos más comunes de que las gomas no están bien equilibradas.
Finalmente, has de corroborar que la presión sea apropiada conforme a las especificaciones del fabricante. Este detalle habitualmente, se halla indicado junto al asiento del conductor, en la columna B del vehículo. Ahí podrás leer cual es la presión ideal para la carga de tu carro.
La comprobación se lleva a cabo sin encender el motor.
Líquido de frenos
Para saber que tu sistema de frenos conserva una presión adecuada, basta con pisar a fondo tu pedal. Notar alguna sensación o ruido fuera de lo normal, es una señal de que necesitas cambiar el líquido (o tal vez de otra clase de desperfecto).
Si el problema persiste, no dejes de acudir con el mecánico.