Morderse las uñas es un hábito terrible, pero no podemos negar que una buena parte de las personas lo tiene. Incluso tú que estás leyendo esto, puede que hayas intentado dejar de hacerlo en más de una ocasión, sin mucho éxito. Resulta incomprensible como algo que parece tan sencillo, normalmente cuesta tanto trabajo y más aún, entender porque tenemos la necesidad de mordisquearnos esta parte del cuerpo en ocasiones.
Lo cierto es que existen tres explicaciones factibles y todas te van a sorprender:
- Es placentero. Aunque no lo creas, está comprobado que cada vez que uno se muerde las uñas, tiene un pico en sus niveles de endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad. Esta sustancia también está muy ligada con ciertas adicciones, lo que explica porque es tan difícil abandonar esta mala costumbre.
- Empezaste desde muy pequeño. Los hábitos más duros de dejar, son aquellos que adquirimos en la infancia. De hecho, mucha gente comienza a morder sus uñas cuando son niños, a veces por estrés o ansiedad, otras por simple aburrimiento. De cualquier forma, cuando crecen se convierte en un hábito casi inconsciente.
- Está en tu genética. Algunas adicciones y hábitos tienen que ver con el material genético que tenemos en nuestro organismo. Por eso no es muy extraño que en una misma familia, existan individuos con tendencia al alcoholismo, al juego o en este caso, a mordisquear sus uñas. Es verdad, aunque te parezca increíble.
Esta mala costumbre no es imposible de abandonar y de hecho, conviene mucho que lo hagas, pues puede tener consecuencias terribles en tu dentadura, causarte heridas en los dedos y por si fuera poco, infecciones en la boca y en las uñas, pues en ambas partes corporales conviven bacterias y microorganismos muy distintos.
¡Recuerda que con perseverancia todo es posible!