Cuando Amy Mapplethorpe compartió por Facebook el curioso recurso que estaba implementando en su clase para mejorar la enseñanza de sus alumnos, fue muy aplaudida por otros profesores y padres de familia, los cuales no habían pensado en todas las posibilidades que este tenía. Se trata de una silla común y corriente para estudiantes, que exhibe en el asiento y el respaldo varias pelotas de tenis.
A primera vista, parece una idea inútil y muy alocada, ¿no? Pero te sorprenderías de los buenos resultados que ha dado en la escuela de Amy.
Y es que estos asientos son geniales para que los estudiantes puedan relacionarse mejor con los estímulos que reciben de su cuerpo y el ambiente en general. Además, también se ha comprobado que su textura es perfecta para relajar a los pequeños con demasiado estrés.
Especialmente porque ella misma ha revelado que en su clase, hay niños con condiciones como el Autismo, el Asperger y el Síndrome de Down, que pueden tener más problemas que los demás para ponerse al corriente con su aprendizaje. Esto sucede porque no están acostumbrados a usar sus sentidos como los otros alumnos, por lo que la solución ideal es darles algo que puedan tocar y mirar.
No solo con ellos ha dado un fantástico resultado, sino también con sus estudiantes mayores.
“Los alumnos de primer grado que se han sentado en estas sillas, se han convertido en niños más pacientes, con menos inconvenientes para seguir indicaciones”, comentó ella.
Amy sacó la idea de un sitio web para educadores y desde que se topó con ella, no pudo sacarse de la cabeza el ponerla en práctica en su aula. Es de admirar la iniciativa que ha tomado por el bien de los niños.
Ahora ha sido reconocida por la escuela y la sociedad de padres de familia.