Si observas un mapa con atención, podrás darte cuenta de que existe un estrecho entre Sri Lanka e India, que a simple vista parece vacío. No obstante, existe aquí un accidente geológico conocido como el Puente de Adán, el cual es una hermosa barrera de arrecifes de coral y bancos de arena que conecta ambos lugares. A día de hoy, es uno de los puntos más famosos del Golfo de Bengala.
Habiendo tenido diferentes nombres a lo largo de la historia, los hindúes le llaman también “Lágrima de la India” o “Puente de Rama”, en alusión a uno de los más grandes héroes de su mitología.
Mirar esta maravilla natural es toda una experiencia, aunque a día de hoy peligra debido a los proyectos de construcción.
Y es que ya se han hecho varias propuestas para construir carreteras encima de los arrecifes, debido a lo conveniente que resultaría transitar por este sendero. Hubo un tiempo sin embargo, en que esto era posible de forma sencilla.
Fue hasta antes del siglo XV que el Puente de Adán no se hallaba sumergido por completo. Pero un fuerte huracán desplazó gran parte de su estructura bajo las aguas, aumentando el nivel del mar impidiendo que las personas cruzaran a pie. De este desastre natural se tiene registro en el año 1480.
Cabe destacar que en la India tienen un mito para explicar el origen de este famoso puente. Se cuenta que Rama, protagonista del Ramayana, lo hizo ascender para poder cruzar hasta Sri Lanka y liberar a su mujer de las manos del demonio Ravana. Los Vanara u «hombres mono» servían al héroe Rama y fueron quienes construyeron el puente.
Los occidentales cristianos también se han creado su propia versión del mito, asegurando que fue este el pasaje por el que Adán y Eva salieron del paraíso al ser desterrados. Es por eso que también lo llaman, el Puente de Adán.