Resumen Corto del Tratado de Córdoba

Once años después del estallido de la Guerra de Independencia de México, el virrey español Juan de O’Donojú firma el Tratado de Córdoba, que aprueba un plan en que consiste hacer de México una monarquía constitucional independiente.

Resumen Corto del Tratado de Córdoba

En el siglo 19, la ocupación napoleónica de España provocó el estallido de revueltas en toda la América española. El 16 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo y Costilla, sacerdote católico, lanzó la Guerra de Independencia de México, con el famoso Grito de Dolores. El tracto revolucionario llamado a terminar la dominación española en México, redistribución de la tierra, y la igualdad racial. Después de algunos éxitos iniciales, Hidalgo fue derrotado, capturado y ejecutado. Sin embargo, fue seguido por otros dirigentes campesinos, como José María Morelos y Pavón, Mariano Matamoros y Vicente Guerrero.

Irónicamente, fueron los mexicanos de ascendencia española y otros conservadores los que en última instancia provocarón la independencia. En 1820, los liberales tomaron el poder en España, y el nuevo gobierno prometió reformas para apaciguar a los revolucionarios mexicanos. En respuesta, los conservadores mexicanos pidieron la independencia como un medio para mantener su posición privilegiada en la sociedad mexicana.


A principios de 1821, Agustín de Iturbide, el líder de las fuerzas realistas, negoció el Plan de Iguala con Vicente Guerrero. Bajo el plan, México se establecería como una monarquía constitucional independiente, se mantendría la posición privilegiada de la Iglesia Católica y los mexicanos de ascendencia española sería considerada como iguales a los españoles puros. Los mexicanos de sangre india mixta o pura tendría menos derechos.

Iturbide derrotó a las fuerzas realistas que aún se oponen a la independencia, y el nuevo virrey español, que carecen de dinero, provisiones y tropas, se vio obligado a aceptar la independencia de México. El 24 de agosto de 1821, O’Donojú firmaron el Tratado de Córdoba, poniendo así fin a la dependencia de la Nueva España en la Vieja España como punto principal.

En 1822, ya que ningún monarca Borbón fue encontrado para gobernar México, Iturbide fue proclamado emperador de México. Sin embargo, su imperio fue de corta duración y en 1823 los líderes republicanos Antonio López de Santa Anna y José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix, más conocido como Guadalupe Victoria, una vez depuesto Iturbide establecieron una república con Guadalupe Victoria como su primer presidente.

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