Cuando alguien sufre una pérdida, queda un gran hueco que con el tiempo se convierte en una cicatriz. La tristeza y los recuerdos siempre estarán allí.
Es muy duro perder a alguien que quieres, y para esta viuda de 78 años Tona Herndon no fue muy diferente.
La vida de Tona se rompió en mil pedazos cuando murió su marido, tras 60 maravillosos años juntos. Ella trataba de visitar la tumba de su marido cada día. Esto era lo único que la reconfortaba.
Unas semanas después del entierro, Tona fue a visitar la tumba de su marido, pero ese día ocurrió algo que iba provocar un terrible trauma.
Tona estaba apoyada en la tumba de su marido, aturdida por la tristeza, cuando de repente un extraño se la acercó por detrás.
El hombre le robó el bolso a la viuda de 78 años. Por supuesto, Tona se sorprendió y se entristeció, ¿quién roba a una anciana en un cementerio?
Pero a veces la realidad supera a la ficción y lo que ocurrió después del robo se transformó rápidamente en algo bello en vez de permanecer como un mal recuerdo para Tona.
A veces lo bueno se superpone a lo malo.
El ladrón fue arrestado rápidamente y sus fotos se difundieron en los medios de comunicación, escribe WTRF 7News.
Los periódicos se hicieron eco de este cobarde asalto y unas semanas más tarde un muchacho de 15 años apareció en escena, contactó con Tona y le propuso algo inesperado.
Christian Lunsford, de 15 años de edad, había visto las noticias y las fotos del ladrón. Era como si le hubieran clavado una daga en el estómago. El ladrón arrestado era su padre.
Shane Lunsford, el padre de Christian, había tenido anteriormente problemas con la justicia, y esta vez había robado todo dinero que Tona llevaba en el bolso.
Christian contactó con Tona y le preguntó si quería encontrarse con él en el aparcamiento al lado de la iglesia. Quería pedirle disculpas por el comportamiento de su padre.
Los padres de Christian se divorciaron cuando este solo tenía 2 años. Desde entonces el chico solo había visto a su padre ir y venir.
Pero la conducta y aptitud del padre no lo había heredado el hijo, al contrario. Los hábitos delictivos del padre había influido en el hijo de forma completamente diferente.
”Era algo que debía hacer!, dijo Christian. ”Ella necesitaba un disculpa. Si no lo hacía yo quien lo iba a hacer”.
Tona y Christian se encontraron en el aparcamiento, donde una sorpresa más iba a tener lugar. Christian le entregó a Tona 200 euros que el muchacho había recibido de su padre para un viaje del colegio.
”Me emocionó mucho su gesto”, comenta Tona.
”Esta joven de 15 años tiene un corazón que no es normal”.
Estaba tan agradecida y emocionada que decidió devolverle el dinero. Según Tona ella podía hacer lo que quisiera con el dinero y su deseo era que este generoso muchacho pudiera realizar su deseado viaje del colegio.
Tona y Christian son verdaderamente un maravilloso ejemplo de coraje civil y bondad. En un mundo que a menudo es egoísta, frío y duro, esta extraña pareja muestra que es posible lidiar con el mal y con el bien.
Obviamente hubiera sido más fácil para Christian ignorar a su padre y dejarle la responsabilidad de sus propios errores. Pero este joven quiso hacer todo lo posible para que este mundo fuera un sitio un poco mejor para vivir.
Normalmente son los que tienen menos los que dan más, tanto en cuestión monetaria como de humanidad.