Durante el 2012, China sorprendió al mundo anunciando que tenía una nueva prefectura. Se trataba de Sansha, una ciudad ubicada en la pequeña Isla Yongxing, al sur de la Isla de Hainan.
La misma, que es conocida de manera internacional como Isla Woody, es sumamente minúscula.
Tanto así que la pista de aterrizaje para aviones construida por el ejército en la década de los 90, con sus 2700 metros de longitud, sobrepasa su territorio y se encalla en el agua.
Las autoridades de Sansha han decidido administrar todo un grupo de islas y atolones que conforman el lugar.
Entre ellos se encuentran las Islas Paracel, las Islas Spratly y hasta el Barco Macclesfield, que se encuentra completamente hundido entre las aguas.
La palabra Sansha quiere decir “tres arenales” y hace referencia precisamente a todos estos islotes.
Lo curioso de la ciudad es que, con sus 13 kilómetros cuadrados de terreno se ha convertido en la más pequeña de China, pero a la vez en la más grande, gracias a sus dos millones de kilómetros que se extienden por mar.
Sin embargo no todo es tan sencillo para su gobierno. Y es que las islas en donde se encuentra asentada se hallan en medio de una disputa hace años, pues son varios los países que han reclamado su propiedad.
Las Islas Paracel son completamente controladas por el gobierno chino, pero las Islas Spratly han sido imputadas por Vietnam, Malasia, Filipinas y Taiwán.
Y es que la zona, además de ser muy rica en vegetación e ideal como ruta marítima, se destaca también por las múltiples reservas de petróleo que posee.
Además, la ciudad de Sansha también cuenta con su zona hostelera y varias atracciones turísticas que datan de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo monumentos y torres del Ejército Imperial de Japón.