Era el 14 de noviembre de 1963, cuando un grupo de pescadores en la costa meridional de Islandia, se percataron de unas volutas de humo negro que se elevaban desde la superficie del mar.
De inmediato dieron aviso a las autoridades. Pensaban que tal vez era una embarcación que se incendiaba en altamar. Otros apuntaron que posiblemente, un volcán submarino estaba haciendo erupción.
No resultó ser ninguna de las dos cosas. Para la tarde de ese mismo día, se pudo constatar que un montón de lava petrificada había surgido en medio del agua. Para el 15 de noviembre, un pequeño islote yacía formado.
Surtsey, fue llamada así en honor al dios Surtur, que en la cultura islandesa era conocido como la deidad del fuego. Desde el mismo momento de su nacimiento, este cayo se convirtió en punto de referencia para los científicos que observaban la actividad volcánica en la cordillera del Atlántico Medio.
A lo largo de tres años y medio, las erupciones fueron frecuentes hasta que la delta alcanzó una milla de extensión. Esta actividad de los volcanes no ha disminuido en la actualidad, por lo que se estima que cada año, la isla gana cuando menos 2 centímetros más de longitud.
Hoy forma parte del sistema volcánico de Vestmannæyjar y se sabe que las fases eruptivas que la originaron, fueron de tipo freatomagmático, al fusionarse el agua de mar con el magma.
En medio del período comprendido entre 1967 y 1991, la altitud de la isla se había reducido en un 1,1 metro, hecho que los expertos atribuyeron a la compactación de su material volcánico.
A día de hoy, Sursey continúa siendo un ejemplo perfecto de la manera en que nuestro planeta cambia constantemente. Con el tiempo, nuevas islas surgen, se vuelven a hundir o prevalecen por años, haciendo evolucionar la geografía de nuestros continentes.
Muy precioso todos los documentales que el Señor les bendiga y les ilumine para mas y mejores de estos. Felicidades y gracias.