Una de las regiones más conocidas de Noruega, el país de los más bellos inviernos, es Svalbard.
Situada en pleno ártico, esta costa se encuentra conformada por distintas islas, cuyo territorio se compone de glaciares en más de la mitad de su extensión.
El estar a mitad de camino entre territorio noruego y el Polo Norte, ha favorecido que los hielos permanezcan intactos por largo tiempo.
Paradójicamente, Svalbard es también un área con climas septentrionales que en los últimos años, se han visto incrementados a causa de las corrientes cálidas que provienen del Golfo.
Esto ha hecho posible que varias comunidades de personas habiten sin problemas en medio de la nieve.
De hecho, entre las partes rocosas donde no se ve más que hielo, florece la tundra con pequeñas flores en puntos determinados.
Además de ello, lo que más ha llamado la atención de múltiples turistas y nativos, son las hermosas cascadas congeladas que sobresalen de los glaciares. Majestuosas caídas de agua que parecen haberse detenido en el tiempo, debido a la nitidez con la que el agua se ha quedado suspendida en columnas heladas.
Es muy común poder observarlas en diferentes puntos del paisaje, mientras el agua del mar sigue balanceándose por debajo.
Además de contener estas preciosas atracciones naturales, Svalbard es un tesoro nacional por contar con nada menos que siete parques nacionales y más de veinte reservas, donde habitan numerosas especies clave para la conservación del medio ambiente.
Aquí han encontrado su hogar animales como los zorros y osos polares, los renos, las orcas, las morsas, las fosas, los narvales y las ballenas belugas y jorobadas.
Si te apetece ir a algún día, no pierdas la oportunidad de hacer un recorrido en trineo con algún nativo experimentado y tal vez tengas la suerte de ver a alguno.