Lo creas o no, hay un pueblo en México con el nombre de Honey, miel en español. Esto no suena como una palabra mexicana y ciertamente carece de raíces españolas o náhuatl. Sin embargo, en el estado de Puebla hay un pequeño pueblo llamado Honey. Tengo que reconocer que cuando me enteré de la aldea, asumí que debía tener alguna conexión con las abejas o colmenas; después de todo, México ha sido, durante muchos años, uno de los productores de miel más importantes del mundo. Pero estaba completamente equivocado. La verdad es muy diferente, así que continua leyendo para saberlo.
El pueblo se encuentra a unos 130 kilómetros al norte de la Ciudad de México, en el estado de Puebla (en la frontera con Hidalgo). Esta zona, conocida por los turistas por sus elaborados edificios religiosos coloniales, tiene una rica historia asociada con la minería. En el siglo XIX, decenas de mineros de estaño de la ciudad de Cornualles (Cornwall) en Inglaterra, expertos en el drenaje de los pozos de las minas profundas, fueron traídos por empresarios para realizar sus milagros en las minas de plata de la zona de Real del Monte, cerca de Pachuca.
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Historia
Uno de ellos fue Richard Honey, que emigró de Cornualles a Pachuca en 1862, a la edad de 23 años. Honey compró una mina de mineral de hierro en Ixmiquilpan y fundía el mineral en Pachuca. Luego pasó a construir el primer puente de hierro en México, que atraviesa el río Tula en Taxquillo. Honey se convirtió en un éxito increíble y utilizó su riqueza acumulando para comprar más minas de mineral de hierro, en la Encarnación, cerca de Zimapán, en el corazón del Valle del Mezquital, a 75 kilómetros al noroeste de Pachuca. También adquirió varias fundiciones adicionales, incluyendo una en Acapulco. Esta fue la época del ferrocarril en América del Norte y de sus minas llegó el hierro para los ferrocarriles en la región, incluyendo una línea que nunca se terminó entre Pachuca y el puerto de la costa del Golfo de Tampico.
Honey se casó con Emma Jane Phillips, otra inmigrante de Cornualles; con quien tuvo cuatro hijos y cinco hijas e hicieron su residencia principal en la Ciudad de México, donde la Richard Honey co-fundó el Jockey Club y el Club Atlético Reforma.
Durante su ilustre carrera, Honey se convirtió en el presidente de tres bancos, una empresa de hierro y acero, dos empresas mineras, un fabricante de pintura y un director de dos ferrocarriles: el Ferrocarril Nacional Mexicano y el Ferrocarril Pachuca-Tampico. También importó los primeros caballos de carreras de pura sangre a México y construyó un establo de más de 60 caballos. Honey se ganó una reputación de tratar a todos sus trabajadores de manera justa, incluso con generosidad, pagando a sus empleados 25 centavos diarios, muy por encima de los mínimos 18 centavos exigidos por la ley en el momento. Como resultado de su imponente presencia (1.82 metros mucho más alto que casi todo el mundo), y su riqueza, el presidente Porfirio Díaz lo lo apodo Honey Gran Bretaña.
Por desgracia para su familia, algunas inversiones poco aconsejables unido a algunas decisiones del presidente Díaz en el cargo y el caos de la Revolución Mexicana, se tradujo en fuertes pérdidas y Honey muriero prácticamente sin dinero en 1913.
Su memoria ha vivido, sin embargo, dado que su nombre fue dado a un municipio. El pueblo nos recuerda que esta área una vez jugó un papel central en la economía del siglo XIX México.
Turismo
Visitar el pueblo es relativamente fácil, aunque no esperes encontrar cualquier servicio turístico. El camino hacia Honey despega hacia el norte desde la carretera federal 130 a mitad de camino entre Tulancingo, en el estado de Hidalgo, y Huauchinango, en el estado de Puebla. La mayoría de los pocos habitantes de Honey son de origen otomí. Trata de visitarlo en un domingo, para presenciar su colorido mercado semanal.
Hoteles
En la ciudad de Honey no existe hospedaje pero podemos alojarnos en localidades cercanas. Nuestra recomendación es el Hotel Jardin en Pahuatlán.
Se ubica en la calle Tellez Vaquier, 3. A escasos metros del centro de Pahuatlán con parking y WiFi gratis. Por su nombre te puedes imaginar que tiene un jardín y estas en lo cierto, todas las habitaciones tienen vistas al jardin además de TV con cable. El hotel tiene un estilo colonial y ya que estamos en Pahuatlán podemos visitar la parroquia de Santiago Apóstol y la Caseta Pahuatlán.
Cascadas
En los alrededores es posible visitar las siguientes cascadas:
Velo de novia
Se ubica en la carretera San Pedro-La Cruz. La cascada tiene unos 50 metros de alto y 4 metros de ancho. Por los alrededores se pueden ver ardillas y armadillos.
El Salto
En la ruta en la carretera Honey – El Rincón de Chila cerca de Vista Hemosa, esta la cascada El Salto. Sus dimensiones son muy modestas con 12 metros de ancho y 5 metros de alto.