Es una realidad que los caballos han estado domesticados desde hace cientos de años, lo que nos haría pensar que todos los caballos que hay en el mundo están dentro de un establo. Pero eso no es cierto, ya que hay una isla en la que los caballos aún pueden son salvajes y pueden correr libres por dónde quieran. Ese lugar es la isla Assateague, Estados Unidos.
La isla se encuentra entre el estado de Maryland y Virginia, en dónde vive una población de casi 300 caballos, descendientes de caballos domesticados que llegaron a Estados Unidos hace 400 años.
Esta isla no solo es el hogar de estos caballos salvajes, sino que también se pueden encontrar una gran variedad de aves y otros animales. Conforme fueron pasando los años y las generaciones, estos caballos protegidos han aprendido a vivir en un clima muy duro, además de que se juntan en manadas de 10 o 12 caballos.
Los caballos se han convertido en una atracción turística, atrayendo a cientos de turistas todos los años, quienes vienen para ver a estos hermosos caballos salvajes correr por la playa.
La razón por la que 150 caballos nadan en esta isla todos los años es porque el mes de julio de cada año, los cuidadores de la reserva guían a 150 caballos a través del canal de Assateague hacia la isla de Chincoteague con el objetivo de subastarlos.
Esto se hace todos los años para que la población de caballos no se haga muy grande y afecte el entorno de la isla, de forma que las siguientes generaciones de caballos puedan sobrevivir sin problemas.
Cómo te estarás imaginando, estos caballos se han convertido en un verdadero símbolo para toda la comunidad de la isla. Incluso los pequeños de primaria los dibujan muy seguido.