La pintura de la Mona Lisa, expuesta en el Museo del Louvre, es una de las obras de arte más famosas en el mundo y que desde su elaboración, ha causado fascinación en todos los que la observan. Fue realizada por el famoso artista Leonardo Da Vinci, por medio de la técnica de “esfumado”, que se caracteriza por mezclar capas de pintura delicadamente difuminadas, para dar la sensación de borrosidad en los contornos.
La gran incógnita en torno a esta obra es, ¿por qué sonríe la Mona Lisa? A lo largo de la historia, han surgido varias teorías que pretenden explicarlo.
De acuerdo con ciertos historiadores, la mujer retratada era Lisa Gherardini, oiurnda de Florencia y quien se casó con Francesco Bartolomeo del Giocondo (apellido del que proviene su famoso sobrenombre de “La Gioconda”). Este era para ella su segundo matrimonio, del cual tuvo cinco hijos.
Lisa tendría 16 años al casarse con Francesco, y alrededor de 24 cuando posó para la icónica pintura. Continuando con la hipótesis, hay quienes recalcan que si se observa con atención, es fácil darse cuenta de que la joven está esperando un hijo.
Sus manos hinchadas y en perfectamente reclinadas sobre su vientre, como si estuviera protegiendo algo, y la sonrisa refleja la ternura de una madre.
Si bien esto nunca se ha comprobado al 100%, no deja de ser una buena razón para explicar ese misterioso gesto en su rostro. Pero muchos siguen dudando incluso de su identidad como Lisa Gherardini.
De acuerdo con otras hipótesis, la modelo pudo ser una cortesana o chica cualquiera en la que Da Vinci se inspiró.
¡Incluso hay una versión que asegura que la Mona Lisa, es él mismo!
Tal vez nunca lleguemos a explicarnos del todo, el porque parece sonreír de esa manera inquietante y sutil.