Los residentes de Venezuela han podido disfrutar de este espectáculo de luces durante miles de años. Un punto en el río Catatumbo recibe con regularidad, cuarenta mil relámpagos cada noche. El rayo ha ayudado a los marineros a navegar y ha frustrado ataques enemigos. En definitiva alrededor de trescientas noches al año, los residentes en el Lago de Maracaibo tienen que cerrar sus persianas en contra de la luz.
Cada una de las tormentas individuales sobre el río Catatumbo no son diferentes de las tormentas eléctricas en otras partes del mundo. Lo que llama la atención es la concentración en este punto y el hecho de que los relámpagos vuelven cada día durante casi diez meses al año.
Algunos científicos dicen que las características geológicas de la cuenca del río Catatumbo contribuyen a un sistema de baja presión constante. Eso explicaría por qué los relámpagos no ha parado durante miles de años.
En 2010 este fenómeno meteorológico sufrió una pausa. El tiempo y la humedad podrían desempeñar un papel fundamental de la pausa más larga registrada por los relámpagos que sucedió en 2010, el año de El Niño que marcó el comienzo de una terrible sequía en Venezuela. Aunque algunos dicen que esa pausa de relámpagos y rayos fue debido a la deforestación y el desarrollo agrícola en la región cercana al Catatumbo.
Las tormentas eléctricas constantes son parte de la historia de la región. Lo creas o no, ayudan a la región a que se convierta en un puerto confiable, ya que los relámpagos gigantes son excelentes ayudas para la navegación de las naves marinas.
Se dijo que un ataque en el Lago de Maracaibo por Sr Francis Drake fue frustrado porque el rayo iluminó el cielo lo suficiente para que la gente pudiera ver sus naves de lejos. Más tarde, en la década de 1800, se dice que guió al almirante José Prudencio Padilla a una batalla, que fue clave en la victoria para la independencia de Venezuela.
La pérdida de los relámpagos, debido a la sequía, la deforestación, o las condiciones de El Niño, puede ser una pérdida de la belleza local. Además el constante bombardeo de rayos sobre el Lago de Maracaibo ayuda a reponer la capa de ozono.