Estos niños no tienen que comer ni dónde dormir, viven demacrados, sin fuerza, enfermos y llenos de parásitos caminando por las calles. En varios países del continente africano se les conoce como “niños brujos”. Estos pequeños son abandonados por sus familias y los dejan en las calles a su suerte.
A estos “niños brujos” les hacen supuestos exorcismos con el objetivo de sacarles los demonios que llevan dentro, mientras que otros niños son torturados con el mismo objetivo.
¿Pero porque creen que los niños están endemoniados? Pues esto se debe a las creencias culturales que han tenido esos pueblos por siglos. Ellos creen que estos niños que están abandonados fueron embrujados con artes oscuras, por lo que los mantienen lejos de sus casas y no les ayudan.
En las últimas décadas se han llevado a cabo muchas campañas para terminar con esta creencia de la brujería infantil, incluso existen leyes en proceso que hará que sea un delito marcar a estos pequeños necesitados como brujos.
En el continente africano la creencia de los brujos está muy arraigada a sus raíces culturales, por lo que quitar esta ideología no es algo tan sencillo.
‘Save the Children’, una organización gubernamental que tiene el objetivo de ayudar a todos los niños necesitados en Kinsasa, Congo, afirma que hay alrededor de 30.000 niños sin hogar ni alimentos.
Hay varias organizaciones y fundaciones que trabajan para terminar con este gran problema, enseñándoles a las personas que no hay ninguna razón lógica para creer que esos pequeños necesitados practican la brujería, así que no hay ninguna razón por la que no los ayuden y sean castigados.
Varias personas viajan a estas comunidades para ayudar a estos pequeños, como es el caso de Anja Ringgren Loven, quien es la fundadora de ‘African Children´s Aid Education and Development Foundation’.