Irlanda es una tierra muy conocida por sus mitos y por sus impresionantes paisajes, que nos hacen pensar en castillos medievales y bosques verdes.
Es muy común encontrar sitios y reliquias antiquísimos en este país y uno de los más famosos, es el sendero de Corlea, un trayecto conformado por vigas de madera que pertenece a la Edad de Hierro y por la cual pasaron infinidad de personas y vehículos.
Ubicado en el sur de Longford, un encantador pueblo irlandés, Corlea abarca con sus tablones un área de 125 hectáreas y fue descubierta en el año 1984 por un grupo de arqueólogos que habían sido enviados por la Universidad de Dublín.
En un principio, se pensó que se remontaba a la Edad de Bronce, pero los investigadores se sorprendieron cuando una prueba de carbono 14, reveló que de hecho tenía unos 2,000 años de antigüedad. Para construirlo se emplearon tablas de madera de roble de entre 3 y 3.5 metros de longitud y 15 centímetros de grosor, e iba a parar a una isla en la que un segundo camino ayudaba a la gente a cruzar por una ciénaga.
Hoy en día se encuentra perfectamente resguardado y abierto a los turistas, curiosos por averiguar más acerca del pasado de Irlanda.
Muy cerca de allí podemos encontrar el Centro Corlea, un museo dedicado a preservar numerosas pruebas de la Edad de Hierro y en donde el mencionado camino se ha convertido en la atracción principal. Para mirarlo, solo se aceptan grupos conformados por un máximo de 50 personas, que son llevadas en un recorrido por un guía que conoce bien la historia del lugar.
Si algún día viajas a Irlanda y sientes fascinación por los vestigios del pasado, puede que te no te quieras perder esta atracción que es tan especial.