El Castillo de Neuschwanstein es uno de los castillos más famosos del mundo y posiblemente seamos muchos los que lo tengamos en mente cuando hablamos de un castillo. Este castillo de cuento de hadas fue una idea del rey Luis II de Baviera. Ha servido de inspiración para muchas leyendas y cuentos románticos de todo el mundo.
Se ubica en los Alpes de Bavaria en el la región del sur de Alemania en Europa. La ciudad más cercana al castillo es la ciudad de Füssen.
El Rey Luis II sólo llegó a gobernar en el castillo durante tres meses. En 1886 los ministros del rey vieron la cantidad de dinero que el rey estaba gastando en la construcción del castillo entonces consiguieron declarar incapaz de gobernar. El rey se fue y se ahogó poco después.
El inicio de las obras del castillo fue el 5 de septiembre de 1869. Lo primero que se realizo fue el arco de la entrada, en un inicio se construyo con ladrillo pero luego fue cubierto por rocas y cubierto con piedra caliza blanca, piedra arenisca y mármol.
El diseñador del palacio fue Christian Jank, lo curioso de Jank es que era escenógrafo y no era arquitecto. Posteriormente tomo el mando el arquitecto Eduard Riedel. Para finalmente después de 17 años terminar el maravilloso castillo.
Los colores que más destacan en el castillo son el gris y el blanco. En sus muros tiene balcones y destacan unas torres altas. Además cuenta con un precioso jardín en su interior con una cueva realizada de forma artificial. Tanto arriba como abajo puedes ver todos de como es por dentro.
Algunas cosas curiosas de su construcción son que se tardo 5 años solo en tallar la madera de los aposentos del rey. Sobre el interior del castillo la sala de castillo de mayores dimensiones es la Sala de los Cantores y le sigue la sala del trono.
Se visita el castillo por unos 6.000 turistas al día. En total son unos 1,3 millones de personas. Es tanto el éxito del lugar que fue la inspiración para el famoso castillo de Disneyland y aparece en una moneda conmemorativa 2 euros.