Existe en las costas de la ciudad danesa de Aarhus, un pintoresco puente que se ha convertido en el más característico del lugar para propios y extraños. Se trata del “puente infinito”, una construcción llevada a cabo por la firma arquitectónica Gjøde & Povlsgaard Arkitekter en el 2015, especialmente para la bienal internacional Scupture by the Sea, en la que se levantan esculturas marítimas.
Su diseño no es al azar: fue dispuesto en forma circular ara que quien vaya encima de él, experimente el panorama infinito y sin cambios del océano, así como la relación de la bahía con su entorno y la misma ciudad.
Este puente tiene un diámetro de 60 metros y está elevado uno o dos metros sobre la superficie del mar, dependiendo de la fuerza de la madera. Si bien la mayor parte está ubicada en el océano, una más pequeña se haya enclavada en la arena para permitir el acceso.
Lo sostienen unas cuantas varillas de acero, que han sido dispuestas a dos metros de profundidad dentro de las aguas y su estructura se compone por 60 piezas de madera que son exactamente iguales.
Otra de sus características más importantes, es que ha conseguido rescatar un mirador antiguo en las cercanías, conectando de nueva cuenta la playa con esta olvidada estructura.
Se trata del Pabellón Varna, un lugar que antaño era precioso y muy frecuentado por turistas y daneses, pues contaba con su propio restaurante, una terraza muy agradable y hasta salón de baile. Desde que el muelle desapareció ha perdido parte de su encanto, pero todavía se puede apreciar desde él una vista maravillosa.
El puente infinito de Aarhus se ha vuelto un icono de la ciudad y una muestra de lo cercana que es la relación que sostienen el hombre y la Naturaleza.