En la tundra de Siberia hay un fenómeno inexplicable que tiene a los investigadores con la boca abierta. El mismo se ha presentada específicamente en Bely, una isla que se encuentra en el ártico ruso. Allí, debajo de la superficie del césped, han aparecido quince burbujas que hacen que el suelo se mueva como si se tratara de un trampolín elástico. Los vídeos que se han grabado con respecto al incidente son increíbles: el suelo prácticamente rebota cuando se le pone un pie encima.
Pese a lo insólito de este hecho, lo cierto es que no es el primer suceso extraño que ocurre en dicho lugar.
Lo primero fueron unos cuantos cráteres que surgieron repentinamente; el más grande de ellos llamado Batagaika, ha sido considerado como una entrada al mundo subterráneo por los habitantes de la localidad y es realmente gigantesco. Cada año llega a crecer hasta 15 metros.
Hoy, estas burbujas han atraído la atención de Alexander Sokolov y Dorothee Ehrich, dos investigadores que compartieron sus conclusiones con el Siberian Times.
Cada vez que son pinchadas, las ampollas liberan una mezcla de gases que contienen dióxido de carbono y gas metano. Si bien todavía no determinan la causa exacta de estas deformaciones, creen que las temperaturas inusuales del ártico que se están experimentando aquí, podrían ser las que lo originan todo.
A diferencia del resto de la tundra, se han detectado en esta zona 10° C más que en el ambiente convencional.
Cuando el calor comienza a derretir el hielo contenido, los gases en el subterráneo se abren paso a la superficie, acumulándose debajo del suelo. Se piensa que la explosión de dichos gases, es el origen de la formación de los misteriosos cráteres en Siberia y otra consecuencia del calentamiento global.
Esto es grave, puesto que el gas metano es nocivo para la atmósfera.