Existe en medio del Atlántico, al oeste de Europa, un archipiélago de nueve islas conocidas como las Azores. Entre ellas, el Islote de Vila Franca do Campo debe ser el más famoso, pues si bien no es la más poblada ni la de mayor tamaño entre las otras, cuenta con una peculiaridad extraordinaria: está formada a partir del cráter de un volcán submarino.
Gracias a esto, la delta se ha convertido en una de las reservas naturales más importantes de la región, siendo hogar de una vegetación abundante y distintas especies de animales de mar. Es también, un destino muy popular entre los amantes del ecoturismo.
En el interior de la isla nos encontramos con el lago Boquete, el cual se haya conectado con el mar por una delta muy estrecha. Sus aguas, a diferencia de las del océano, son de color verde y albergan varias especies endémicas de crustáceos y peces.
En los años ochenta, este sitio fue adquirido por las autoridades para convertirse en un área natural protegida y desde entonces, ha funcionado no solo para la protección de las especies que habitan en él, sino también en distintas actividades económicas y recreativas.
El cultivo de viñas por ejemplo, se ha desarrollado de una manera por demás provechosa.
La época más propicia del año para visitar el Islote de Vila Franca do Campo, es entre los meses de junio y septiembre, por el buen tiempo que hace para nadar y tomar el sol.
A los vacacionistas les encanta bucear en las profundidades del lago y bañarse, pues al encontrarse protegido del océano por una barrera natural, no hay peligro de que las olas causen algún inconveniente.
Si alguna vez tienes ganas de unas cálidas vacaciones en el mar, quizá este destino pueda convertirse en uno de tus preferidos.