La costa italiana de Nápoles está inundada con islas de gran belleza. Una de las que más destacan es la de Gaiola, lugar que sin embargo, se ha ganado su reputación de una manera muy negativa: a la fecha, los lugareños la tienen por un lugar maldito, cosa que no es de extrañar debido a su oscuro pasado.
Llamada de esa forma por el dialecto Caviola, en el cual su nombre quiere decir “pequeña cueva”, en sus orígenes era conocida como Euplea, en honor al antiguo dios de los navegantes. Incluso se erigió un modesto templo dedicado a él.
Durante el siglo XIX se convirtió en hogar de “El Mago”, un hombre ermitaño que sobrevivía de la caridad de los pescadores. Más adelante fue adquirida por Norman Douglas, un reputado autor.
Se sabe que tarde o temprano, todos los propietarios de la Gaiola han fallecido en circunstancias muy extrañas, a veces prematuramente y otras, en accidentes que nadie pudo prevenir.
En agosto de 1911, el barco de la marina San Giorgo se fue a estrellar contra la isla, provocando una gran catástrofe. Durante la década de los 20, Hans Braun, acaudalado hombre de Suiza que se había establecido en Gaiola, fue asesinado a sangre fría y su cuerpo hallado envuelto en una frazada. Su esposa también se ahogó en el mar.
La propiedad pasó después al farmacéutico Maurice-Yves Sandoz, quien pasaría sus últimos días en un psiquiátrico, antes de quitarse la vida. Karl Paul Langheim, un magnate del acero alemán, fue el siguiente en la lista, ya que cayó en la ruina y perdió todo lo que poseía.
Gianpascale Grappone fue su último dueño. No murió, pero sí fue a parar a la cárcel luego de un fraude financiero.
Y a ti, ¿te gustaría comprar esta isla o crees demasiado en las supersticiones?