En lo profundo de la selva amazónica, en Mayantuyacu, Perú, fluye un río tan caliente que su agua hierve. Los lugareños lo llaman Shanay-timpishka, que se traduce como «hervido con el calor del sol.» Ellos creen que el agua caliente se libera por una serpiente gigante llamada yacumama, «Madre de las Aguas», que es representada por una gran roca con forma de cabeza de serpiente en las cabeceras del río.
El río tiene unos 25 metros de ancho y 6 metros de profundidad, pero sólo 6,4 km de longitud. La temperatura del agua oscila entre los 50 y 90 grados centígrados, en algunas ocasiones y zonas puede llegar a los 100 grados, lo suficientemente caliente como para causar quemaduras de tercer grado en cuestión de segundos.
Muchos desafortunados animales han caído en el río y murieron. Si bien se han documentado aguas termales en la Amazonía, nada es comparable a Shanay-timpishka.
Cada año, un puñado de turistas visitan Mayantuyacu para experimentar las prácticas medicinales tradicionales del pueblo Asháninka. Pero aparte de unas pocas referencias en revistas de la década de 1930, apenas existe documentación científica del río. De alguna manera, esta maravilla natural ha logrado eludir al turismo de masas durante setenta y cinco años.
Resulta bastante llamativo que para la mayoría de los peruanos, el río es sólo una leyenda y piensan que no existe. De hecho los geólogos descartaron investigarlo ya que pensaban que una cosa así necesitaría una enorme cantidad de calor geotérmico para hervir incluso una pequeña sección de un río, y la cuenca del Amazonas se encuentra a 640 kilómetros (400 millas) del volcán activo más próximo.
Pero un buen día el abuelo de Andrés Ruzo, un científico geotérmico en la Universidad Metodista del Sur, le explico sobre la existencia de este lugar y su leyenda. A Andrés le empezó a intrigar estas historias. Ruzo pudo ver este lugar cuando tenía doce años de edad. Según la historia se le dijo, que el río fue descubierto por los conquistadores españoles cuando buscaban oro en la selva. Algunos de los hombres que regresaron hablaron sobre una tierra peligrosa llena de agua envenenada, serpientes devoradoras de hombres, hambre, enfermedades y un río que hierve.
Ruzo ahora ha escrito un libro sobre el fenómeno, que se llama: El río que hierve: aventura y descubrimiento en el Amazonas. También está llevando a cabo estudios detallados geotérmicos del río y colaborando con los ecologistas microbianos para investigar los organismos extremófilos que viven en las aguas que hierven. Ruzo espera que su libro llame la atención sobre esta maravilla de la naturaleza y la creciente amenaza que se ha enfrentado de los madereros ilegales.
Llegué a la hoja de un amigo que tiene todo lo que a mi me gusta…hasta parece mi regalo de cumpleaños.