El prisionero más viejo del mundo existe y lleva nada menos que 118 años en condena. No es una persona, sino un árbol al que encadenaron en Pakistán bajo cargos muy particulares. Ubicado en Landi Kotal, la región en la que se delimita la frontera pakistaní con la de Afganistán, el mismo se halla en medio del paso de Khyber, sujetado por suertes grilletes.
Aunque parezca imposible de creer, su historia se remonta al año 1898. La reina Victoria de Inglaterra había enviado a sus tropas a ocupar diversas colonias en el continente asiático.
Una noche, el oficial James Squid se encontraba de juerga. Este hombre era más conocido por la afición a la bebida que por el cargo que ostentaba y mientras hacía su ronda pasado de copas, le pareció que algo se movía a sus espaldas. Se trataba del árbol, el cual mecía sus hojas tranquilamente al compás del viento.
Sin embargo, aquello fue suficiente para hacer sospechar a Squid que el nogal quería escaparse de su sitio, por lo que rápidamente llamó a su sargento al mando para que procediera a arrestarlo.
Lo hicieron encadenar al suelo e incluso le hicieron entrega de los papeles formales para hacer oficial el arresto.
Desde ese entonces, el árbol se convirtió en un curioso monumento y en la atracción turística más notoria de la región. Cuando uno se acerca a mirar con más detenimiento, se puede ver una placa que dice “Estoy bajo arresto”, seguida de la historia que acabamos de referir.
Por muchos años se había pensado que esto no era más que una leyenda urbana, pero en el 2002, el oficial pakistaní Nasir Farooq, le mostró el nogal a un periodista del diario The Telegraph, comentando que prácticamente todas las generaciones de personas aledañas conocen esta hilarante anécdota.