Existe un lugar muy especial en el territorio de Montana, Estados Unidos. Este se encuentra dentro del Parque Nacional de los Glaciares y conforma uno de los paisajes naturales más cautivadores del país. Se trata del lago McDonald, un depósito de aguas de 130 metros de profundidad, 1,6 km de ancho y 16 km de largo.
El mismo se ha ganado el sobrenombre de “lago de mil colores”, debido a las diversas tonalidades que se pueden apreciar en él; aunque no precisamente por la coloración de sus aguas.
Estas de hecho, son asombrosamente cristalinas debido a la escasez de plancton en el fondo, permitiendo ver las miles de piedras que se encuentran en su interior. Todas ellas lucen llamativos y variados tonos, entre los que se encuentran el naranja, el amarillo, el café, el rojo, el verde, el púrpura y muchos más.
Contemplar el lago McDonald es algo impresionante, que hace que sea de extrañar el que se haya convertido en un sitio tan frecuentado por los turistas.
Su ubicación además, es otra enorme ventaja debido al paisaje que lo rodea. En torno a él se levanta un inmenso bosque de coníferas habitado por osos grizzli y flanqueado por hermosas montañas.
El propio Parque Nacional ofrece bastantes posibilidades de alojamiento para quienes gustan descubrir la naturaleza y también se alquilan botes para adentrarse al interior del lago.
¿Y a qué se debe el efecto arcoíris de las piedras del fondo?
Las piedras coloreadas del lago McDonald han adquirido sus curiosas tonalidades debido a una especie de alga que se puede encontrar en el mismo, y que las ha teñido de una manera preciosa.
No solo provocan fascinación a las personas, sino a los mismos osos que de vez en cuando, se acercan hasta las aguas para darse un buen chapuzón.