Muchas personas tienen por costumbre llevarse una jarra o vaso de agua para la habitación, colocándola al lado de la cama para cada vez que les dé sed tomársela y el restante liquido tomárselo a la mañana siguiente, pues déjenme decirles que eso es un error.
Es muy cierto que el agua no tiene sabor, es incolora, etcétera; no obstante se ha comprobado que el dejar una jarra o un vaso de agua reposando toda la noche, que no únicamente le cambiará el sabor del agua, sino que además, puede atrapar algunas bacterias, que pueden ser perjudiciales para la salud, esta es una de las razones fundamentales por la no debes ingerir agua dejada de un día para otro sin tapar.
En el aire se encuentran moviéndose de un lado a otro, partículas de polvo, de bacterias, que se depositan en el agua que tenemos en la mesa de noche para tomárnosla a primera hora de mañana, sin tener el conocimiento exacto del gran daño que nos puede ocurrir al ingerir el agua que hemos dejado en reposo en nuestra habitación.
El hecho va mucho mas profundo, pues el agua que hoy se consume, es un agua tratada con químicos especiales para que estén dentro de pozos y se potabilice, el cloro es un químico que además, restringe la presencia de esas bacterias que migran en el aire, sin embargo, en necesario advertirte que, una vez que el agua cae en reposo se multiplican.
Aunque el vaso esté impecable, solo el hecho de pasar mucho tiempo allí, en la intemperie, estaremos consumiendo una combinación de gérmenes, que a la larga dejan ciertas secuelas en nuestro organismo.
Otro dato importante es el dióxido de carbono que es absorbido por esta, en el tiempo de exposición a la intemperie, produciéndose una cantidad considerable de modificaciones que alteran la constitución química de H2O conocida popularmente como agua.
Estas razones son suficientes para cubrir el vaso o jarra y evitar consumir el agua restante en la mañana.