En la segunda mitad del siglo 18 tanto los rusos como los británicos comenzaron a penetrar en la península de Alaska, un área considerada como posesión española ya que España era quien habia «descubierto» el continente americano.
España pronto envió órdenes a «Nueva España», es decir a México, para ir y reafirmar su posesión de esta parte de América. Tres expediciones salieron desde el puerto de San Blas en Nayarit con destino a Alaska.
La primera expedición partió en 1774, al mando del capitán Juan Peréz cuyo barco llego hasta el paralelo 58º. La segunda expedición bajo el mando del capitán mexicano Bruno de Ezete, lo hizo hasta el paralelo 61º, plantando cruces como marcadores en 1775 para marcar la posesión. La tercera expedición, comandada de nuevo por un mexicano llamado Capitán Ignacio Arteaga, otra vez navegó hasta el paralelo 61º.
Los misioneros acompañaron todas las expediciones, los cuales evangelizaron a los pueblos nativos e hicieron observaciones científicas.
Las expediciones de México a Alaska se reanudaron en 1788 porque los rusos estaban haciendo incursiones exploratorias en las zonas de interior. Tres expediciones mexicanas bien planificados en 1788, 1790 y 1792 se llevaron a cabo a bordo de la goleta «La Mexicana» que una vez más reclamó el territorio de España. En la recuperación del territorio, terminaron capturando un puñado de marineros británicos y norteamericanos, así como nativos dentro de sus fronteras políticas.
España posteriormente se vio en medio de una guerra europea por lo que desestimo luchar por las posesiones de Alaska, siendo entregadas el 23 de marzo de 1795. Por lo que en total Alaska fue una posesión “mexicana” durante 16 años.
De esta época se mantienen nombre hispanos en la región como por ejemplo: Cape Flores, Bahía de Quevedo, Mexico Point ente otros.